Los que me leéis sabéis ya que soy más de dulce que de salado. De hecho siempre digo bromeando que cada persona tiene dos estómagos, uno para los primeros platos y otro para el postre. No importa lo llena o no que esté, porque siempre intento hacerle hueco al dulce en una comida o cena si veo que merece la pena. Pero hoy no os traigo un postre sino un dulce italiano para el desayuno: la ya archiconocida crostata. ¿O es que todavía queda alguien que no la ha probado? Si así fuera, entonces creo que disfrutaréis el doble haciéndola.
La crostata es un desayuno muy típico en cualquier hogar en Italia. En los trece meses que estuve viviendo allá, tanto en el norte como en el sur del país, no recuerdo una sola vez que fuera a casa de alguien y que no me sacara un trozo. Es más, en todos los hoteles en los que me he alojado allí hasta ahora, desde Bed & Breakfast a alojamientos de calidad, la crostata estaba ahí en la mesa del desayuno.
Sin embargo, a pesar de que me encanta nunca la había preparado hasta que cayó en mis manos esta receta y entonces me animé a prepararla. Aquí en vez de mermelada, el relleno es una mezcla de fresas y azúcar preparados en la sartén. Decidí cambiar el azúcar por algo más natural como es la miel.
INGREDIENTES para un molde de 20 cm de diámetro
400 gr harina
250 gr mantequilla
50 gr azúcar blanco granulado
1 huevo
Una pizca de sal
Para la salsa:
400 gr fresas
2 cucharadas miel
25 ml agua
PREPARACIÓN
Sobre una superficie plana pon la harina, haz un agujero en el centro y dentro añade la mantequilla a temperatura ambiente cortada en trozos, el huevo y el azúcar. Mezcla bien y amasa con las manos. Luego envuelve en papel film y mete la masa en la nevera durante al menos dos horas.
Mientras tanto prepara el relleno. Corta las fresas en trocitos y échalas en un cazo junto con la miel y el agua. Revuelve durante tres minutos y deja enfriar.
Pasadas las dos horas, saca la masa de la nevera, estírala con un rodillo, pásala al molde y crea un borde de 4 cm. Vierte la salsa de fresas una vez ya fría encima y cierra la crostata con cordones de pasta de la masa sobrante. Espolvoréalos con azúcar granulado por encima. Hornea a 180ºC colocando el molde en el nivel más bajo del horno. Primero, durante 10 minutos con función ventilada y otros 20 minutos más con calor solo abajo. Cada electrodoméstico es diferente así que cuando veas que se pone doradita como en la foto, retírala.
Buon appetito!