Ya era hora de contaros sobre mi fantástico viaje a Naxos, unos días preciosos en la isla más grande de las Cícladas. Como sabéis soy una gran apasionada de las islas griegas pues ya he estado en Hydra, Creta y Rodas, de las que os hablaba en anteriores posts en este blog. Tenía ya en mente que Naxos sería la siguiente que visitaría en Grecia y aunque tenía las expectativas muy altas, no me defraudó para nada… ¡todo lo contrario! Os confieso que me adapté tan bien a la isla que parecía que llevaba ahí viviendo varios meses.
Para llegar a Naxos decidimos hacer la ida en ferry desde el puerto del Pireo (Atenas) y la vuelta en avión a Grecia peninsular. La ida en ferry fue toda una experiencia. Nos esperaba un viaje de 5 horas y me sorprendió mucho el nivel del buque: muy bien decorado por dentro, con cafeterías en cada piso, diferentes opciones de restauración y varias cubiertas. En una de ellas me hice casi todo el viaje, sentada en una silla, con los pies apoyados en la barandilla mientras admiraba el mar Egeo y el resto de las islas que se veían durante el trayecto.
En Naxos alquilamos un coche en el puerto de la capital de la isla (Chora) y de ahí nos dirigimos hacia nuestro hotel, apenas a 15 minutos de distancia. Os cuento que cada vez que voy a una isla griega evito a toda costa alojarme en la ciudad principal. Primero, porque está es donde suelen quedarse casi todos los turistas, y segundo, porque prefiero una zona más tranquila y cerca de la playa. Así lo hicimos con las anteriores islas y es lo que recomiendo encarecidamente.
Para nuestros días allí elegimos Melidron, un hotel a 3 minutos a pie de la playa de Agios Prokopios, a la que le sigue la de Agia Anna y Plaka. Esta última fue la que más disfrutamos, también por estar menos llena de gente. Casi siempre terminábamos en el mismo tramo de playa llevado por el local Peppermint. Por solo 7 euros al día tenías a disposición dos tumbonas, una sombrilla, y servicio en la playa. ¡Imagina llegar por allí temprano y empezar con un auténtico frappé y seguir en la toalla con alguna especialidad griega para comer!
Y ya que menciono la comida… ¿qué os aconsejo? Desde mi punto de vista en cualquier isla griega se come muy bien, y si estás pensando en visitar el país heleno, considerad visitar alguna isla porque en mi opinión se come mil veces mejor que por ejemplo en Atenas.
En Naxos os recomiendo probar especialidades de allí como el cabrito, la ensalada naxiana, incluyendo sus deliciosos tomates y alcaparras, las aceitunas, sus quesos locales, el pulpo, y la fava, típica de todas las Islas Cícladas. Sobre esta haré una entrada aparte en el blog siguiendo la receta tradicional.
¿Qué visitar?
Alquilar un coche o una moto es la manera más cómoda para moverse por la isla, aunque Naxos también cuenta con autobuses que funcionan durante casi todo el día y parte de la noche, que comunica los principales pueblos y ciudades con las playas y la capital.
No dejéis de ir al templo de Demeter, aunque ya queda poco en pie, su emplazamiento y el camino para llegar es muy bonito. Además la entrada solo cuesta dos euros. Os aconsejo que también visitéis pueblos del interior tan típicos como Filoti, Apeiranthos y Chalki, y otros de la costa como Apollonas, donde bañarse en su playa y hacer un salto después a alguna de las cinco tabernas locales para comer pescado recién llegado a su puerto.
En la capital, no dudéis en ir a la zona de Portara, y ver la puesta de sol desde ahí. Recibe el nombre de una gigantesca puerta de mármol que queda en pie desde el año 530 a. C. y que da la bienvenida a quien llega al puerto.
Además, visita el casco antiguo y recorre sus callejuelas. Acércate hasta Tziblakis, una tienda local a 5 minutos a pie del centro para comprar especias, quesos, té, aceite o fava. En Agia Anna, la puesta de sol también es una preciosidad, una zona llena de vida y otra alternativa buena donde alojarse.
Si quieres salir de Naxos, ten en cuenta que está muy bien comunicada con otras islas de las Cícladas, como Santorini, Paros y Mikonos, a las que puedes llegar en menos de dos horas en ferry. Uno de los días, de hecho, nos fuimos hasta Santorini.
¿Tabernas griegas para volver?
Axiotissa, a 25 minutos en coche de la capital y un restaurante muy típico por su cocina casera. Recomendado por los locales, con especialidades locales como las que mencionaba arriba y otras típicas griegas. Está en el pueblo de Pastraki
Peppermint, está en la playa de Plaka y puedes comer tanto en la tumbona como enfrente, donde tiene una zona con piscina y mesas. La mejor ensalada naxiana y el mejor tzatziki los tomé aquí… ¡una auténtica delicia!
Petrino, Un restaurante con toques de romántico y una comida deliciosa con platos del día. La mejor fava de mi estancia y nos gustó tanto que la última noche regresamos.
Y para terminar este post, os quiero dejar una recomendación que siempre doy cada vez que alguien me pregunta información para viajar a alguna isla griega: evitad a toda costa visitarla entre mediados de julio y finales de agosto.
Para mí una isla griega es símbolo de paz, ruido suave de olas, buen tiempo, sol, olor y sabor a comida real y poco turismo. Esto lo encontré en Naxos. Una isla que me ha cautivado y a la cual volvería mil y una veces.
Todas las fotos las saqué únicamente con móvil.