Al parecer hay diferentes historias de cómo nació la Tarta Tatin en el siglo XIX en Francia, pero lo cierto es que este famosísimo dulce es sin duda uno de los más apreciados tanto en ese país como fuera de él. Se encuentra entre mi lista de postres favoritos con manzana y por eso hoy he querido actualizar el blog con la última que preparamos en casa.

Sí, hablo en plural porque en esta ocasión Thomas se puso manos a la obra conmigo y luego mientras se horneaba, leímos algo de su origen. La creencia más popular dice que las hermanas Tatin crearon esta tarta en 1888 en el hotel que llevaba su apellido, situado en un pueblo del Valle de Loira. Una de ellas horneaba siempre tarta de manzana entre las opciones para ofrecer a los clientes, pero un día se equivocó colocando la base de masa quebrada abajo y las manzanas arriba. 

Si os interesa conocer más del resto de teorías sobre el nacimiento de la Tarta Tatin, os dejo aquí un enlace (lo siento solo está en inglés) de la web “Amigos de la Tarta Tatin”.

 

INGREDIENTES

1,5 kg manzanas, yo usé unas seis Pink Lady

 

Masa quebrada

250 gr harina

125 gr mantequilla pura sin sal 

35 ml agua muy fría

10 gr sal

 

Caramelo

150 gr azúcar blanco

120 gr mantequilla pura con sal

 

PREPARACIÓN

Empieza por preparar la masa mezclando en un bol la mantequilla a trozos con la harina. Luego añade el agua y la sal. Cuando todo esté bien incorporado, trabaja la masa en una superficie lisa hasta que obtengas un compuesto homogéneo. Cúbrelo con papel film y deja reposar en la nevera durante al menos 30 min. Si lo prefieres puedes prepararla la noche anterior. 

Precalienta el horno a 180ºC. En un cazo, carameliza el azúcar y la mantequilla  a fuego medio mezclando constantemente hasta obtener un mix marrón. Luego viértelo en un molde de 20 cm de diámetro. 

Por otro lado, pela las manzanas, prívalas del corazón y divídelas en cuatro trozos. Dispónlas muy juntas y ladeadas encima del molde con el caramelo formando un círculo. 

Hornea durante 40 minutos con calor arriba y abajo para que las manzanas se ablanden. Saca del horno y deja enfriar. 

A continuación, extiende la masa dando forma redonda y hasta que tenga una altura de 3 mm. Pásala al molde, corta lo sobrante por la parte externa y luego remetiendo los bordes hacia dentro.

Pincha con un tenedor y vuelve a hornear otros 30-35 minutos, o hasta que se vea que la lámina esté doradita. 

Retira, da la vuelta inmediatamente con la ayuda de un plato para que no pase tiempo y no nos arriesguemos que enfriándose se quede la manzana pegada al molde.

 

Sirve y… disfruta!

 

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